Es que creo que no se va a acabar así ¿saben?, me imagino a esos tiranos de opereta, refugiados en sus propias mentiras, observando con incredulidad como la gente, esas ridículas hormigas a la que tan poca importancia concedían socava los cimientos de sus vetustos palacetes.
Tal vez alguno empieza a oír ya las voces de la calle ¿qué será mejor hacer?¿esperar a que se cansen?¿y si no se cansan?¿actuar con todo el poder represivo del Estado?¿y si el ejército se niega a seguir mis órdenes?¿no quedaría entonces en evidencia?¿qué hacer con esas voces cuyo volumen va creciendo de manera imperceptible pero aterradora?¿qué coño hacer?.
Y en la calle una idea galvaniza a las masas, la idea de que juntos todo es posible, la idea de que plantando cara a las amenazas y recuperando un valor que no se recordaba tener no existe muro que no pueda ser derribado.
Túnez, Egipto, que pase el siguiente por favor, no se apelotonen, hay sitio para todos en el basurero de la historia.
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